martes, 12 de enero de 2010

Alcance del concepto de "Hermandad" en la Masonería

Los masones, para serlo, deben ser reconocidos como tales por sus hermanos. Si para ser masones tienen que ser reconocidos por sus hermanos, se deduce que todos los masones, siempre que se reconozcan mutuamente como tales, son hermanos.
Por lo que a mí respecta considero el sentimiento de fraternidad así como el de la amistad, como el sentimiento más noble que puede existir.
Más incluso que aquél más natural, como el del amor a los hijos o a los parientes de sangre. Ahora bien, como la amistad, el sentimiento de fraternidad se tiene que basar en el roce que forja la estima y el reconocimiento mutuo. Yo jamás negaría la mano amistosa ni el abrazo fraternal a ningún masón o masona sean cuales sean sus creencias o militancias, aunque pueda no compartirlas.
También mi Logia y mi Obediencia hacen gala de ello permitiendo recibir como hermanos y hermanas a los miembros de cualquier otra Obediencia masónica regular, al margen de que existan o no firmados acuerdos o protocolos de cooperación con ella.
Lo que también es cierto es que, al menos yo, jamás podré considerar como hermano o como amigo a nadie que me niegue a mi tal condición por razón de mis propias creencias o militancias, negándose o justificando la negación del contacto masónico sobre el que debe basarse la estima y el reconocimiento mutuo. Sin este contacto y reconocimiento mutuo, la fraternidad sería para mi sólo una palabra tristemente manoseada.
Sin embargo, muy a menudo, las relaciones entre masones están afectadas por causas más o menos accidentales. Pero es también lo cierto que los hermanos masones, cuando se consideran como tales, guardan entre sí el mayor de los afectos mutuos.
Como dije antes, la consideración fraternal en masonería está profundamente relacionada con el hecho del mutuo reconocimiento de la calidad de masón de los hermanos.Es necesario para entender bien el concepto de la fraternidad en masonería desligarlo, cosa que muy pocas veces suele hacerse, de una concepción cristiana de este concepto.
En la cultura cristiana la fraternidad entre todos los hombres es la consecuencia natural de su aceptación de un Dios padre común, pero para el masón (si nos limitamos a su consideración de tal) el hermano es simplemente aquél que se ha iniciado regularmente y practica el Arte Real. Muchos masones son cristianos, pero otros muchos no lo son, por lo que no hay que vincular la ética masónica con la moral cristiana, confundiendo sus consecuencias. Un ejemplo es el famoso precepto de poner la otra mejilla, cuando un hermano (cualquier hijo de Dios padre) es ofendido por otro, lo que es una moral propia de dicha religión pero no de la masonería.
En masonería los conflictos que pueden darse entre hermanos tienen otros canales de solución distintos, pues la fraternidad en masonería es una Institución de derecho, dicho esto sin detrimento alguno de la moral cristiana. Lo estrictamente propio en masonería (porque hay masones que son también cristianos) es que el concepto fraternidad es la consecuencia de un acto libre y consciente de compromiso mutuo, siendo por ello el reconocimiento pleno de la calidad masónica un elemento esencial para que opere el sentimiento y las obligaciones que se derivan del principio de fraternidad.
Esta cultura de la fraternidad está más relacionada con nuestro origen gremial (sindical) que con una concepción religiosa que, en mi opinión, muy a menudo suele interferir en la correcta comprensión de los principios masónicos. Hecha esta aclaración sobre el concepto de fraternidad y su relación con el reconocimiento masónico, puedo asegurar que no conozco a ningún masón que se pelee con otro, o que no solucione rápidamente cualquier disputa con un hermano, y no porque uno no quiera pelearse, sino porque ninguno de los dos lo quiere.
Para mí, hablando de hermandad, lo que es relevante, en todo caso, es que se reconozcan todos como hermanos y hermanas masonas, aunque prefieran que sus logias sean femeninas, mixtas o masculinas. Dado que lo propio en masonería es el vínculo que se establece entre las diferentes Logias que forman la Cadena de la Unión masónica y que las visitas de Logia en Logia es otra característica esencial de la vivencia masónica, el hecho de que la Logia madre de alguien sea sólo femenina, no supondrá nunca la creación de una barrera de contacto con masones en este caso del género masculino.
La fraternidad masónica es, para concluir, una consecuencia del acto libre de reconocerse distintas personas como masones y, por tanto, como miembros de una gran familia universal. De ella se deriva la solidaridad y el respeto mutuo así como un sentimiento de amistad sincera. Es muy normal, aunque no nos digas cuáles ni donde, hayas oído en unos lados unas cosas y otras distintas en otros lugares porque masonerías hay muchas y algunas incluso la mar de curiosas.

Masonerías irregulares y dogmáticas

En realidad la masonería es sólo masonería, que no puede ser otra cosa que regular y adogmática. Si pierde su regularidad, es decir, si la correa de su transmisión iniciática es quebrada, deja de ser masonería, si es dogmática, es decir, si deja de basarse en los principios constitucionales de respeto absoluto a la libertad de conciencia y deja de buscar unir lo que está disperso, deja también de ser masonería. Dicho esto, puesto que hay organizaciones que se dicen masónicas pero a las que no se le reconoce una transmisión iniciática regular de los ritos que practican.
Como existen también organizaciones masónicas cuyos principios vulneran claramente los principios constitucionales de la francmasonería moderna, basándose en el dogma y la exclusión; debemos añadir estos dos adjetivos de regular y adogmática para explicar dos características esenciales y propias de cualquier masonería que se precie y distinguirla de las anteriores.
dogma. (Del lat. dogma, y este del gr. δόγμα).
1. m. Proposición que se asienta por firme y cierta y como principio innegable de una ciencia.
dogmático, ca. (Del lat. dogmatĭcus, y este del gr. δογματικός).
4. adj. Inflexible, que mantiene sus opiniones como verdades inconcusas.
Como decía, la masonería es, en si misma y debería ser siempre una institución adogmática, porque tiene en su misma constitución original un "ethos" del que bebe el pensamiento científico. En la antiguedad la ciencia se definía como Geometría que viene a ser un sinónimo de Masonería. Hablamos obviamente de categorías clásicas y no de ciencia o geometría en un sentido moderno.
Efectivamente, los primeros masones, constructores operativos, manejaban claves de funcionamiento basadas en la falsabilidad (si el arco estaba mal medido éste se caía). Eso le hizo ir adquiriendo una concepción de la realidad muy a menudo opuesta a los dogmas establecidos y, como consecuencia, conciencia de la injusticia y el valor del "saber" como medio transformador. Este "conocer" convertía a los masones en potenciales amenazas para le poder establecido. De ahí el secreto y también el pragmatismo de guardar las apariencias.
Este pragmatismo puede observarse muy bien en el contexto de 1723 en la primera Constitución de la francmasonería moderna, denominada “Constitución de Anderson” que después de hacer afirmación de rechazo del ateísmo, viene a decir que, si bien antiguamente se exigía a los masones seguir la religión del país en el que se encontraran, hoy se les exige sólo ser conformes a la religión en la que todos los hombres están de acuerdo, es decir, ser hombres probos y honestos"...
Sin embargo, como sabemos, años después, sobre 1760 un movimiento de reacción dentro de la Gran Logia Unida de Inglaterra, supuso una vulneración de este principio de adogmaticismo al establecer que "la masonería tiene su fundamento en la creencia en Dios, el Gran Arquitecto del Universo, en su verdad revelada y en la inmortalidad del alma".
Los criterios que impone en la actualidad la Gran Logia Unida de Inglaterra a aquellas otras Grandes Logias que desean verse reconocidas por ella incluyen entre otros como puntos fundamentales:
Los masones bajo su jurisdicción deben ser hombres, tanto ella como sus Logias no deben tener ningún contacto masónico con Logias que admiten a mujeres a la iniciación.
Los masones bajo su jurisdicción deben creer en un Ser Supremo.
Todos los francmasones bajo su jurisdicción deben tomar sus obligaciones sobre o a plena vista del volumen de la ley sagrada (es decir, La Biblia) o el libro considerado sagrado por el varón concernido.
Las tres "Grandes luces" de la Masonería, (es decir, El volumen de la ley sagrada, la escuadra y el compás) deben estar visibles cuando la Gran Logia o sus logias subordinadas están abiertas.
La discusión de religión y política dentro de sus logias debe ser prohibida.
Todo ello configura un espacio de regularidad que, desde el punto de vista de la Masonería Adogmática, entran en franca colisión con los grandes principios de tolerancia y universalidad establecidos desde la primera Constitución.
La Masonería Adogmática, por su parte, no impone ningún criterio de relación que se base en este tipo de imposiciones. Sus principios, si tomamos como ejemplo la declaración de uno de sus principales exponentes, el Gran Oriente de Francia, además de aceptar la regularidad de la iniciación femenina, reconocen a la Francmasonería como una:
"Institución esencialmente filantrópica, filosófica y progresiva, la francmasonería tiene por divisa la búsqueda de la verdad, el estudio de la moral y la práctica de la solidaridad, trabaja por el mejoramiento material y moral, y el perfeccionamiento intelectual y social de la humanidad. Tiene por principios la tolerancia mutua, el respeto al prójimo y a uno mismo y la libertad absoluta de conciencia. Considerando las concepciones metafísicas como del dominio exclusivo de la apreciación individual de sus miembros, rehúsa de toda afirmación dogmática”. (art. 1 Constitución del GODF)
En relación a todo ello, podemos hablar de un primer modelo de Masonería Adogmática que considera que, en el camino del conocimiento de sí mismo y de la verdad filosófica, no deben establecerse límites a la conciencia del masón, respetando tanto las estrategias fundamentadas en una concepción espiritualista como las que se basan en la utilización exclusiva de la razón, y dentro de cada una de ellas y respectivamente, tanto las que adoptan la forma de un credo religioso como las de enfoque materialista. Dentro del marco descrito, que se corresponde con las Obediencias masónicas adogmáticas, el principio que mejor sirve al objetivo de la búsqueda filosófica es, por tanto, aquél que propugna la libertad absoluta de conciencia.
Al rechazar establecerse sobre ningún dogma previo, tienen en él cabida todas las concepciones, incluso las más extremas (las teístas y las ateas) con la condición de que acepten como válido el marco de la libertad absoluta de conciencia que propugna dicho modelo. Es muy importante subrayar que hablamos aquí de marcos de organización y no de posicionamiento doctrinario de las Obediencias. De forma que, cuando una Obediencia del modelo adogmático declara admitir en su seno a los ateos, no está ella misma como organización haciendo ninguna declaración de ateísmo, sino de respeto y valoración moral hacia todas las fórmulas de estudio de la realidad, se basen o no en una creencia metafísica.
En el extremo diametralmente opuesto encontramos el modelo que, poniendo como centro de la búsqueda de la verdad una doctrina religiosa específica, define las demás concepciones como imperfectas o erróneas y, por supuesto, mucho más si éstas se basan en una estrategia puramente racionalista. Este tipo de masonería se configura como un modelo de Masonería dogmática que en sus versiones más abiertas mantiene una posición ecuménica respecto a otras doctrinas religiosas afines, - por ejemplo validando las distintas corrientes cristianas - configurado como un espacio lineal en el que la búsqueda de la verdad es sólo posible a través de la asunción de un fideísmo religioso.
El modelo suave de esta concepción teísta, tiene como elemento clave el de la tolerancia religiosa. Dicho modelo establece como punto central de su estrategia la creencia en un Ser Supremo con el título simbólico de Gran Arquitecto del Universo. El modelo teísta no excluye desde luego el uso de la razón, aunque si le impone un límite, exigiendo a sus miembros la aceptación explícita de un principio trascendental o espiritual en su búsqueda filosófica.
Las estrategias exclusivamente racionalistas y, por supuesto, la de aquellos que se consideran ateos quedan excluidas del marco establecido por este modelo. Al contrario que en el caso de la Masonería adogmática, no hablamos aquí ya sólo del establecimiento de un marco organizativo sino también de un posicionamiento doctrinario que exige la creencia en un principio espiritual y rechaza toda corriente exclusivamente positivista como vía para la búsqueda de la verdad. Existe pues una masonería dogmática en el sentido:
Que da por firme y cierta la existencia en un principio trascendente, Ser Supremo o Dios, en el cual exige creer a sus miembros.
Que se manifiesta inflexible respecto a esta verdad que considera inconcusa, negando la condición de masonería regular e incluso el contacto masónico, con todos aquellos cuerpos que no den por cierta y exijan dicha creencia.

Clasificación y Tipología Masónica

Al acercarse a la realidad masónica, muchas personas experimentan una gran confusión al constatar la existencia de distintos tipos de masonería, más o menos alejados entre sí y la dificultad de situar estos tipos y las características particulares que los definen. Existen distintas propuestas clasificatorias, algunas de las cuales a mi me parecen incompletas o bien interesadas o basadas en experiencias subjetivas.
La clasificación de los tipos de masonerías existentes que a mí me parece más completa se basa en su posición respecto a cuatro ejes principales: Su origen, su legitimidad, su configuración y sus intereses.
A) Según su origen histórico: Las distintas obediencias y ritos masónicos han sido creadas en contextos históricos, geográficos y por personas o grupos de personas que perseguían con ello fines totalmente distintos. Así, en torno a este parámetro pueden definirse las siguientes tipologías:
Masonería operativa: Gremios de constructores cuyo fin es la instrucción en el arte de la construcción y la defensa de los intereses gremiales. Ejemplo histórico: Logia de York y las Constituciones Góticas - Ejemplo actual: el Compañerismo francés.
Masonería simbólica de los "Modernos": Masonería especulativa de subrayado carácter filosófico y filantrópico. Basada en la primera Constitución de Anderson de 1723 e influenciada por los ideales de la Ilustración, pese a haber nacido en Inglaterra, perdurará en parte en los Estados Unidos pero sobre todo en Francia en torno al Rito Moderno Francés. Ejemplo histórico: La primera Gran Logia de Londres - Ejemplo actual: Obediencias y Logias que practican el Rito Francés.
Masonería simbólica de los "Antiguos": Masonería especulativa de carácter filosófico y espiritual. Basada en la Constitución denominada Ahiman Rezon y posteriormente, en la modificación de las Constituciones de Anderson a partir de la unión en Inglaterra de la facción de masones católicos irlandeses que se autodenominaron los "antiguos" con los "modernos". Con la variante continental de influencia católico escocesa. Ejemplo histórico: La Gran Logia Unida de Inglaterra - Ejemplo actual: Obediencias y Logias que practican el Rito Escocés Antiguo y Aceptado.
Paramasonería: Organizaciones y Logias constituidas para grupos y fines específicos de tipo político u otros. Pueden incluir o no alguna práctica ritual. Ejemplo histórico: Las Logias Lautarias - Ejemplo actual: La Orden de Orange o las Logias B'nai B'rith.
B) Según su legitimidad: Como orden iniciática, la masonería transmite sus ritos a través de la Iniciación masónica. Esta iniciación ha podido darse en el marco de una estructura y por masones legitimados para conferirla o, a contrario, haber sido recibida en el contexto de un marco o por personas no autorizadas para ello (por ejemplo por no haber sido iniciadas ellas mismas en un marco autorizado o por no tener el grado correspondiente). La necesidad de esta legitimidad de origen se extiende igualmente a las organizaciones masónicas que en el momento de ser constituidas deben contar con el reconocimiento de alguna otra organización legítimamente constituida. En función de este parámetro existen dos tipos de masonería.
Masonería regular - ejemplos actuales: Gran Oriente de Francia - Gran Logia de España
Masonería irregular - ejemplos actuales: Orden Rojista
C) Según su configuracion: Existen en determinados tipos masónicos límites establecidos y/o condiciones exigidas para la admisión de miembros o para dispensarles el reconocimiento fraternal que afentan, muy especialmente, a la admisión de mujeres, de personas de determinadas razas o a la condición sobre determinadas creencias. Siguiendo este parámetro podemos encontrar:
Masonería liberal: Logias y Obediencias que si bien pueden estar configuradas ellas mismas como mixtas, masculinas o femeninas, reconocen y admiten la visita de los masones y masonas regulares de cualquier género. Ejemplo actual: El Derecho Humano, Gran Logia Simbólica Española, Gran Oriente de Francia, Gran Logia Femenina de Francia.
Masonería tradicionalista o conservadora: Logias y Obediencias masculinas que no reconocen la regularidad de la iniciación femenina y/o que no permiten la participación de mujeres masonas en sus trabajos. Ejemplo actual, Gran Logia de Francia, Gran Logia de España.
Masonería dogmática: Logias y Obediencias que ponen como condición para la admisión de sus miembros afirmar cualquier tipo de creencia metafísica y/o que rechazan reconocer fraternalmente a aquellas que admiten ateos, no trabajan en presencia de un Libro considerado Sagrado o no dedican sus trabajos a la Gloria del Gran Arquitecto del Universo. Gran Priorato de Hispania, Gran Logia de España
Masonería adogmática: Logias y Obediencias que rechazan cualquier afirmación dogmática y promulgan la libertad absoluta de conciencia de sus miembros no estableciendo ninguna condición para su admisión relacionada con sus creencias metafísicas. Ejemplo actual: Gran Oriente de Francia
Masonería Prince Hall: Logias y Obediencias formadas sólo por varones de raza negra. Ejemplo actual: Grandes Logias Prince Hall de los Estados Unidos de Norteamérica.
D) Según sus intereses: Se refiere al carácter general que dan las Logias y Obediencia a sus fines y objetivos, los medios que se plantean para lograrlos, la dinámica de sus trabajos, el sentido que le dan a los ritos y los temas de reflexión, podemos destacar tres grandes tipos masónicos:
Masonería esotérica: Logias y Obediencias que ponen el acento de sus intereses en la instrospección individual. El rito, el simbolismo y el camino iniciático se entiende como un proceso mágico/espiritual. Existe una frecuente imbricación con otras escuelas mistéricas (rosacruces, templarios, cábala). Existe una inhibición o cuando no una prohibición y un rechazo hacia el debate sociopolítico en las Logias, lo que se considera o irregular o profanante. Ejemplo actual: Gran Priorato de Hispania, Logias y Obediencias que practican el Rito de Memphis Mizraim, Gran Logia de España (Logias escocesas)
Masonería filantrópica: Logias y Obediencias que ponen el acento en los aspectos convivenciales, en el beneficio mutuo y en la acción benéfica mediante de actos sociales de caridad o solidaridad. Los aspectos rituales son simplificados y los debates y la acción sociopolítica descartada. Gran Logia de España (Logias de emulación), Gran Logia Unida de Inglaterra, Grandes Logias de los EE.UU.
Masoneria de compromiso: Logias y Obedienicias que ponen el acento de sus intereses en la mejora intelectual y social de la humanidad bajo una concepción filosófica republicana (Democrática y Laica). El rito, el simbolismo y el camino iniciático se entiende como un medio de ordenamiento y transmisión que es interpretado racionalmente. A las medidas de solidaridad con los desfavorecidos, se suman los debates sociopolíticos que son propiciados y tienen un fin de transformación social sobre las premisas de la libertad, la igualdad y la solidaridad. Ejemplo actual: Gran Oriente de Francia.
Es importante tener en cuenta que esta clasificación se refiere a características que en su máxima expresión pueden ser constitutivas de una concepción masónica específica, lo cual no quiere decir que sean características absolutas, carentes de toda graduación o permeabilidad entre ellas. Por ejemplo, muchas Obediencias son hasta cierto punto esotéricas o hasta cierto punto sociales, y dentro de otras muchas, según el rito que practiquen, sus logias podrían ser clasificadas dentro de uno u otro epígrafe, pero se trata aquí de clasificar diferencias significativas que en algunos casos llegan a configurar un tipo determinado y peculiar de masonería.
=
Por otro lado, y para huir de una casuística que además de ofrecer infinitas combinaciones y gradaciones entre unas y otras categorías, puede mostrarse esquiva para cualquier clasificación (por ejemplo logias con una importante manifestación política pública en Obediencias que prohíben el debate político, o Logias que formalmente no admiten la regularidad masónica femenina pero que mantienen relaciones "oficiosas" con Logias femeninas) he procurado y recomiendo, a la hora de clasificar, ser formalista y tener en cuenta el posicionamiento que se deriva de las propias declaraciones de principios, normas y reglamentos, de las distintas Obediencias y Logias.