jueves, 22 de octubre de 2009

ECKSTEIN

ANANDA K. COOMARASWAMY

En un libro notable, Consider the lilies, how they grow (Matt. 6:28), publicado por la Pennsylvania German Folklore Society, 1937, Mr. Stoudt, cuya interpretación del arte germano de Pennsylvania se basa enteramente sobre "las manifestaciones históricas de la religión mística" (con un acento especial en Jacob Boehme, Dante, San Bernardo y la Biblia), dice que estuvo intrigado durante mucho tiempo por el motivo del diamante; hasta que al descubrir un pasaje en los escritos de Alexander Mach, donde (de acuerdo con los textos bíblicos que se citan abajo) a "Cristo se le llamaba el Eckstein…, se dio cuenta de que la palabra (germana) para ‘diamante’ era la misma que para ‘piedra de esquina’" (p. 76). El emblema aparece en estufas calientaplatos, y en relación con esto Mr. Stoudt cita apropiadamente la instrucción de Clemente de Alejandría a los primeros cristianos al efecto de que colocaran los símbolos aceptados de Cristo en sus utensilios domésticos.
Hasta aquí, bien. Sin embargo, nosotros podemos seguir adelante, e indagar en cuáles sentidos a Cristo se le llama a la vez "diamante" y "piedra de esquina", o más literalmente "piedra angular"1. En Salmos 118:22 = San Mateo 21:42 = San Lucas 22:17, tenemos "La piedra que los constructores desecharon, la misma ha devenido la cabeza del ángulo" ( , caput anguli); en Efesios 2:20, "Él mismo es la piedra angular principal" ( , ipso summo angulari lapide Christo Jesu), y el texto prosigue: "en quien cada edificio separado y exactamente ensamblado (, constructa = sánscrito sa×sk¨ta) crece como un templo sagrado () en el Señor, en quien vosotros también sois edificados juntos (coedificamini) como una edificación de Dios en el Espíritu ( = sánscrito Otmani)". La intención evidente del texto es describir a Cristo como el único principio del cual depende la totalidad del edificio de la Iglesia. Ahora bien, el principio de algo no es una de sus partes, ni está dentro de ellas, ni es tampoco una totalidad de ellas, sino eso en lo que todas las partes se reducen a una unidad sin composición. La figura es paralela a la de los miembros del Cuerpo Místico de Cristo. Pero, por muy importante que sea, una "piedra angular", en el sentido aceptado de una piedra situada en la esquina de un edificio, aunque se trate de la esquina más elevada, es sólo uno de cuatro soportes iguales; así pues, en toda lógica, nosotros no podemos hablar de la piedra angular; y por su parte, cada una de las piedras angulares, en lugar de ser el principio dominante del edificio, más bien lo refleja. Aquí comenzamos a sospechar que el significado de "piedra angular" puede no haberse comprendido; es decir, que eso en lo que los hombres están "todos ensamblados" no puede considerarse como una piedra angular en el sentido de una piedra situada en la esquina o el ángulo del edificio.
Para saber lo que se entiende por las expresiones evidentemente equivalentes de "cabeza del ángulo" y "(piedra) angular principal", debemos preguntarnos primero lo que se entiende por "ángulo" o "(piedra) angular". Hablar de una "esquina" elude la cuestión porque, para nosotros, una esquina es siempre una de varias esquinas, lo más habitual una de cuatro; "ángulo", que puede implicar la esquina o la cima de un edificio o de un frontón, es intencionalmente ambiguo. [gonía] puede referirse a la posición, por ejemplo en un ángulo, o a la figura, por ejemplo en un "polígono", o cuando significa el "cortaaguas de un puente". es aquello que es prominente o que sobresale, y se usa metafóricamente en este sentido en la versión bíblica de los Setenta (I. Samuel 14:38): "todos los jefes del pueblo", en la versión de la Vulgata angulos populorum; la palabra hebrea que se traduce por ángulos es pinnOp, plural de pinnoth. El inglés "quoin" o "coign", que es el equivalente etimológico de , puede ser una piedra angular sin importar el nivel, o puede ser un caballete, según el contexto2.
Las palabras que significan "ángulo" o "angular" se combinan con otras que significan "cabeza" y "extremidad". , "cabeza", y arquitectónicamente "capitel", sólo puede aplicarse a lo que forma la cima de algo. implica extremidad3, en cualquier dirección que sea, como en "acrolíthico", una estatua cuyas extremidades, cabeza, manos y pies, son de piedra, pero a menudo con referencia especial a la cima o la parte más alta, como en "acrópolis". es el pedestal para una figura u otro terminal en la cima o en las esquinas de un frontón o sobre un caballete (o a veces se refiere al pedestal y a la figura juntos). En el caso de una estructura de piedra, tal pedestal o terminal podría haberse llamado propiamente un .
¿Cuál era la figura del edificio implícito o dado por hecho en nuestros textos?. Sería conveniente pensar en un edificio adomado o de techo como de tienda, pero es más plausible un edificio rectangular con un techo en pico, en vista de la probable derivación de la forma del templo de Salomón a partir de la del Tabernáculo, que era también la forma tradicional del Arca. La terminación en ángulo de un tal edificio expresa su esencia en proyección vertical. Si ahora igualamos con , será ciertamente a la piedra angular superior, y no a ninguna de las piedras angulares laterales, a la que Cristo habría sido comparado. Ciertamente, Él es la cima del techo. Por consiguiente, nuestro punto de vista es que el significado real del texto podría traducirse mejor "ha devenido la piedra clave del arco", o "la clave de la bóveda". En otras palabras, nosotros le vemos en esa posición de la cima de un domo que, en la arquitectura cristiana, la ocupa regularmente la figura del Pantokrator o un monograma correspondiente o un símbolo solar, o incluso un "ojo" arquitectónico sobremontado por una "linterna"4. Él es la piedra clave, la piedra del caballete, o la clave de bóveda de la estructura cósmica que es también su "Cuerpo Místico", monumento y lugar de morada, y del cual el hombre individual es una analogía microcósmica.
Ahora podemos llamar la atención ventajosamente hacia algunos paralelos orientales que resultan más bien admirables. En JOtaka I.1.200-1 y DhA. I.269 se está construyendo una "sala de reposo" (vissamana-§OlO)5. El edificio no puede hacerse de madera verde, sino sólo de madera seca. La mujer SudhammO, "Virtud Perfecta", ha preparado de antemano una clave de bóveda de madera seca. Los constructores, que quieren retener para sí mismos el mérito de la obra, se ven obligados a usar este kaööika contra su voluntad: el palacio celestial, pues tal es en último análisis la "sala de reposo", no puede completarse de otra manera. La clave de bóveda de madera dura que los constructores habían rechazado deviene la piedra clave del techo. Debido al hecho de que SudhammO ha aportado el elemento que corona la estructura, se da su nombre a la sala de reposo misma6. El nombre sudhammO es manifiestamente el de un principio, y es idéntico en significado con el kusalO-dhammO ("poderes eficientes de la consciencia), es decir, "virtudes perfectas", pero no exclusivamente en un sentido ético) de Milindapa–ha 38 como se cita en el párrafo siguiente.
Como hemos mostrado en otra parte, la clave de bóveda es la pieza maestra del techo, como el techo mismo es la característica esencial del edificio, que es sobre todo un hogar7. Así pues, la clave de bóveda o, en algunos casos, el caballete, deviene acordemente el tema de numerosas parábolas, por ejemplo Milindapa–ha 38: "De la misma manera que las vigas de un edificio de techo de cuchillo van hacia la cima, se sostienen en la cima y se juntan (samosaraöO) en la cima, y a esta cima se la reconoce como la sumidad (agga = agra) de todo, así todos y cada uno de los poderes eficientes de la consciencia (kusalO dhammO)8 se aúnan (samOdhi, etimológica y semánticamente "síntesis") en su cabeza (pamukha), se sostienen y tienden hacia el aunamiento", o, en los términos de otra comparación, como las cuatro alas de un ejército se relacionan con el rey, rodeándole y dependiendo de él como su cabeza.
Vista desde abajo, nuestra clave pende de la bóveda del techo, aunque evidentemente, no está soportada desde abajo, sino que es más bien, virtualmente, el capitel de un pilar central; de la misma manera que el poste de un cuchillo, aunque soportado por una viga travesera, es virtualmente la parte superior de una columna que se extiende hacia abajo y que es soportada por el suelo. El pilar central implícito así puede compararse al poste central de una tienda o al mango de un parasol; la equivalencia del techo con el parasol es explícita. Un tal pilar central corresponde también al tronco del Árbol de la Vida y al poste vertical de la Cruz, griego stauros, sánscrito skambha; y es el principio central de toda la construcción, que parte desde él hacia abajo y que vuelve a él por arriba, como puede verse rápidamente si consideramos un edificio en su aspecto más simple, que es el de un tepee o una pirámide. El empleo efectivo de este pilar central está implícito en una forma más antigua de la parábola citada arriba, a saber, en Aitareya îraöyaka III.2.1, donde "De la misma manera que todas las demás vigas (vaקa, literalmente "bambú") se unifican (samOhitOú) en la viga central de la sala (§OlO-vaקa), así están unificados en este Soplo (pOöa) los poderes (indriyOöi) del ojo, el oído y la mente, el cuerpo y la totalidad del Sí mismo (sarva OtmO)". Como es usual, aquí el "Soplo" se refiere al Brahman y al îtman, es decir, al Espíritu9.
El edificio mismo es el cosmos en una semejanza, y por consiguiente una semejanza del "cuerpo" del Hombre cósmico (lokOvat´, Maitri Upani·ad VI.6), a saber, el "cuerpo místico" de Cristo "del cual vosotros sois miembros"10: la clave de bóveda en la que se encuentran las vigas (como se encuentran en un punto los ángulos de una pirámide, o las varillas de un parasol, o los radios de un círculo), es el Sol de los Hombres (sèryo n¨n, ôg Veda I.146.4), el "loto único del cielo" (B¨hadOraöyaka Upani·ad VI.3.6). El pilar expreso o implícito, en torno al cual se construye todo el edificio, con sus cuatro esquinas o cuadrantes (representados a veces por otros pilares), es el centro o el "corazón"11 del edificio en cualquier piso, círculo (cakra, loka) o nivel de referencia (por muchos niveles que pueda haber): y, cósmicamente, es el pilar del Sol12 que se extiende desde el centro del cielo hasta el ombligo de la tierra, y el pilar del Fuego que se extiende inversamente desde el ombligo de la tierra hasta el centro del cielo; y es igualmente el "pilar de la vida en el punto de separación y de encuentro de las vías" (ôg Veda V.5.6, V.139.3, etc.), el Branstock o tronco ígneo del Árbol de la Vida y de la Zarza Ardiente, el Dardo de Luz o el Rayo que separa y une a la vez el cielo y la tierra, y con el que el Dragón fue herido en el comienzo, y el tronco vertical de la Cruz de Luz –stauros y skambha. En este pilar omniforme, que se extiende desde el piso hasta el techo del cosmos, existen todas las cosas en una sola forma, a saber, la forma única que es la forma de cosas muy diferentes: "Ahí es inherente este todo, ahí todo lo que se mueve, todo lo que respira… que, concurrentemente (sambhèya, "ensamblado", "combinado", etc.), es un único" (ekma eva, ôg Veda V.8.7-11) corresponde a Efesios 2:20 "en quien vosotros también sois edificados juntos", y a los Hechos apócrifos de Juan, 98-99: "una cruz de luz levantada, en la cual había una forma y una semejanza, y en ella otra multitud de formas diversas… Esta cruz, entonces, es la que mantenía fijadas todas las cosas aparte y la que juntaba todas las cosas a sí misma… y la que también, siendo una, fluía dentro de todas las cosas". El hecho de que el Vajra, en tanto que "rayo", coincida con el Skambha, en tanto que Axis Mundi, es una doctrina cuyo similar puede reconocerse en Heráclito XXXVII, "el rayo () gobierna () todas las cosas", o –como podría haberse dicho también– , "construye todas las cosas"13.
La "cabeza" de este pilar es la Faz de Dios, solar y presenciadora del hombre (n¨-cak·us), el sol omnisciente y omniforme, que es también el espíritu cuyo beso dota de ser a todas las cosas (êatapatha BrOhmaöa VII.3.2.12-13), y que conecta a todas las cosas a sí mismo en una única con-spiración. Además, su Orbe no es sólo la clave de bóveda del cosmos, sino la puerta de los mundos, a cuyo través uno se libera enteramente, saliendo del cosmos –"Ningún hombre va al padre salvo por mí… Yo soy la vía… Yo soy la puerta" (San Juan 14:6 y 10:9). Arquitectónicamente, la "cabeza del ángulo" es nuestra clave de bóveda, piedra de caballete, y acrótero, es decir, el capitel de un pilar axial, que es realmente un pilar de luz pneumática, y que, si no está realizado estructuralmente, por ello no está menos presente idealmente. Macrocósmicamente, esta "cabeza del ángulo" es el Sol en el cenit; y quienquiera que vuelve a este Sol, a saber, a la Verdad, como igual a igual, por una ablatio omnis alteritatis14, deviene un Movedor a voluntad y para él es "día para siempre".
En diferentes países, la piedra o el metal más duro y más brillante que se conoce, ha sido el símbolo de la indestructibilidad, de la invulnerabilidad, de la estabilidad, de la luz y de la inmortalidad. En este sentido, el indio de Norteamérica conserva hasta este día lo que era ya probablemente un uso paleolítico del "sílex"15; el piramidion egipcio estaba hecho de granito "pulido como un espejo"; [cf. la "Piedra cúbica en punta" de la Masonería, análoga también a la "Piedra de toque" alquímica, n. ed.;] el adamante (diamante) del mundo clásico era probablemente de origen indio; los chinos tenían su jade, pero con el budismo derivaron también de la India los valores simbólicos del vajra, que tradujeron por el carácter chin (Giles 2032) cuyo valor principal es metal, especialmente oro, y también arma.
El sánscrito vajra no es sólo el relámpago, el rayo, el dardo, o la lanza con la que Indra hirió al Dragón en el comienzo, y el Axis Mundi y el Pilar Sacrificial, skambha y (sánscrito sthOvaraú, "firme"), sino también "diamante", y en este último sentido con referencia especial a las cualidades de dureza, de indestructibilidad, y de brillo intelectual. Tenemos, por ejemplo, expresiones tales como vajrâsana, "trono de diamante"16 (sobre el que se han sentado en el Ombligo de la Tierra el Buddha y todos los Munis precedentes), y vajra-kOya, "cuerpo de diamante", un cuerpo de luz inmortal. El sánscrito a§ri, ángulo, esquina, y aקa, parte, esquina, filo, punta, etc. se relacionan con , acer y acies17. Del vajra, como arma o poste sacrificial, se dice constantemente que es "angular", por ejemplo, "de cuatro filos" (catur-a§ri) en ôg Veda IV.22.2; en Aitareya BrOhmaöa II.1 y Kausitak´ BrOhmaöa X.1 se identifican el poste sacrificial (yèpa = ) y el rayo (vajra), y tanto a uno como al otro se les hace que sean "de ocho ángulos" (a·Êa§ri)18. Es evidente que el vajra, como "adamante" o diamante, es una piedra que tiene naturalmente ocho ángulos. De la misma manera, el pali attaºsa, "de ocho filos", es a la vez "diamante", y "pilar", típicamente de un palacio celestial (para referencias ver PTS, Pali Dictionary, s.v.). El chino pin (japonés kong¯, sánscrito vajra), en combinación con otros caracteres, nos da expresiones tales como "corneja de oro" (el Sol), y "pivot o eje de diamante" (la Luna). El carácter para "eje", shu (Giles 10092) implica también "centro", y todo lo que es fundamental: t’ien shu es el polo o eje sobre el que gira el cielo; shu yü (Giles 13626) es el poder que controla, la mente que guía, . Sin adentrarnos más en el análisis de estas expresiones, será suficientemente evidente que el complejo de ideas en el que están inseparablemente conectadas las nociones de la cualidad adamantina y del eje polar o solar del universo es una parte esencial de una tradición universal y extensamente distribuida, a la luz de la cual deben considerarse las frases bíblicas examinadas arriba.
Concluiremos con una referencia a la noción de una piedra de esquina o piedra angular que es también una extremidad en los términos de la arquitectura egipcia. Ninguna unidad arquitectónica que pueda considerarse sería más apropiada que un piramidión (el miembro que corona una pirámide) a la frase "cabeza del ángulo", o simplemente "ángulo", como se usa en OT. para significar caudillo o líder. Los piramidia de Weserka-ra (décima dinastía) y de Amenemhat III (duodécima dinastía) se describen en Ann. du Service des Antiquités XXX, 105 sigs., y III, 206 sigs. La característica de estos piramidia es su simbolismo solar. Del primero, "una gran punta de pirámide de granito negro", se nos dice que "En lo alto de cada una de sus caras, el disco solar extiende sus alas protectoras", donde los cuatro símbolos solares son los de las "divinidades de los cuatro puntos cardinales, a saber, Ra, Ptah, Anubis y los astros nocturnos". El segundo "está tallado con una regularidad singular y ha sido pulido como un espejo… La faz está ocupada por un bello disco alado flanqueado por dos Uraeus; entre las dos alas hay grabado un grupo formado… de los dos ojos, de los tres laudes y del disco no alado" (en cuyo centro se marca el centro del círculo): "Cada cara, que responde a una de las casas del mundo, está consagrada a la divinidad que protege esa casa". Aquí se reconocerá inmediatamente la disposición normal de un punto central, rodeado por cuatro guardianes de los cuatro cuadrantes. Las leyendas grabadas en las cuatro caras del piramidión son diálogos entre el decedido o su sacerdote y las deidades guardianas de las "casas" respectivas: en el Este, por ejemplo, "‘Ábrase la faz del rey NimOr´ (nombre del rey como hijo de Ra, el Sol) para que dé al rey Amenemhaît levantarse como dios señor de la Eternidad e indestructible’. Así habla el sacerdote, y el dios Harmakhis, guardián de la casa este responde, ‘Harmakhis ha dicho: yo he dado el horizonte excelente al rey del sur y del norte que toma la herencia de las dos tierras’ –aquí se dirige directamente al rey– ‘para que tú te unas a él; así me ha complacido’. Y el horizonte toma la palabra a su vez. ‘El horizonte ha dicho que tú te reposes en él; así me ha complacido’". Y similarmente en las otras casas.
A esto debe agregarse que el jeroglífico del "piramidión", bnbn.t (también la "punta de un obelisco"), en la combinación bnbn.tj deviene un epíteto del Dios Sol, "Él, del piramidión"19.
El rey decedido es aceptado así al mismo tiempo por las cuatro caras o el cuádruple aspecto20 del Sol, y se identifica con el Sol, mientras que los dos reinos, el norte y el sur, son analógicamente el Cielo y la Tierra, cuya herencia recibe; la pirámide misma, que no representa meramente la tumba, sino al mismo tiempo la incorporación cósmica o el lugar de morada del rey resucitado, deviene ahora un miembro del "cuerpo místico" del Sol. Como se podría decir, el apex de la pirámide, que es también el Sol, es arquitectónicamente el único principio en el que todo el resto del edificio se edifica y que existe más eminentemente. Si bnbn.t es también la "punta de un obelisco", que corresponde al "Pilar del Sol" de otras tradiciones, a este pilar puede decirse que lo representa el espigón que se proyecta desde la superficie de la base del piramidión y que lo sostiene firmemente cuando está en su sitio. Ahora bien, si Cristo es el "ángulo" o la "cabeza del ángulo", es evidente que, en la fraseología arquitectónica egipcia, esto podría haberse expresado diciendo que "ha devenido el bnbn.t" en lugar de "ha devenido la cabeza del ángulo". No es absolutamente imposible que la expresión hebrea misma fuera finalmente de origen egipcio, y que así deba restaurarse.
Traducción: Pedro Rodea
NOTAS
*
Este artículo se publicó por primera vez en Speculum, (Boston, Mass.), XIV, 1939.
1
Cf. Wynkyn de Worde, Pilgr. Perf. 183, "El diamante más precioso para la humanidad, tu dulce hijo Jesús".
2
De la misma manera que en la arquitectura característica de Orissa, donde la forma Omalaka se repite como una piedra de esquina en los diferentes niveles de la elevada torre y también forma la piedra del caballete; las piedras de esquina son realmente cuartos de Omalaka, y sólo la piedra de la cima (la clave de la bóveda) exhibe la forma entera. El Omalaka de la cima es aquí, ciertamente, la "cabeza del ángulo", a la vez en tanto que los cuatro ángulos de la torre convergen hacia ella, y en tanto que la forma de los ángulos subsiste en ella más eminentemente, al mismo tiempo más plenamente y en un nivel de referencia más alto. Para un ejemplo ver mi History of Indian and Indonesian Art, Fig. 216.
3
El sánscrito agra es generalmente "cima", pero también puede significar "extremidad" en cualquier dirección; metafóricamente es también "anterior", "primero", etc.
4
Ver mi "Symbolism of the Dome". Se hace mención especial al hecho de que la clave de bóveda está "perforada": no puede caber duda de que es el equivalente arquitectónico de la Puerta del Sol a cuyo través uno se libera enteramente; la "perforación" es el "ojo" del domo celeste, o, en otras palabras, el Sol; "Yo soy la puerta, si un hombre entra por mí, será salvado", etc. (San Juan 14:9).
5
Cf. vissama-ÊÊhOna en Sa×yutta NikOya I.201, Comm., y vissametu (causativo), en JOtaka III.36 donde el patrón "da reposo" a los viajeros fatigados. "Venid a mí todos los que estáis fatigados y cargados, que yo os daré reposo… Cuán a menudo quise reunir a tus hijos juntos" (San Mateo 11:28 y 23:37). La raíz es vi-§ram, "cesar de faenar". La significación anagógica es evidente; pues es precisamente el Wayfarer (parivrOjaka, car·aöi) el que "trabaja" (§ramati), y de aquí la designación usual del monje, del asceta, del mendicante, etc., como un "Afanado" (§ramaöa). La Casa del Reposo en el fin de la vía, en el fin del mundo, donde se descarga el fardo, es entonces vi§ramaöa en el sentido de que quienquiera que entra allí ya no es un "Afanado", ya no está bajo la regla, sino enteramente "liberado" (de sí mismo). Y de la misma manera que el sacrificador en el rito védico, al "edificar" a Agni, está edificando para sí mismo al mismo tiempo un "cuerpo de luz", así, quienquiera que como SudhammO "edifica" una casa de reposo, está edificando al mismo tiempo la mansión celestial, y atesorando un tesoro en el cielo:
Se estaba edificando una casa, y vuestros amargos suspiros Llegaban aquí como melodías de ayuda a la faena, Y en el mortero de nuestro muro construido de gemas Vuestras lágrimas se mezclaban en mitad de la subida y la bajada De paletas de oro que cantaban en las manos De constructores reunidos de todas las tierras. — ¿Está la casa acabada?. No, ven y ayuda a construir… (William Morris)
6
SudhammO es en realidad la esposa de Magha (el Indra solar), en el mismo sentido en que la Iglesia es la esposa de Cristo, y el SudhammO DevasabhO (del cual hay una representación en relieve en Bharhut, ver Cunningham, Stupa of Bharhut, Lám. XVI) es el palacio de Indra y análogo a la sala de reposo para la que "Virtud Perfecta" proporciona la clave de bóveda.
7
Un hogar material lo necesitan sólo aquellos que están "bajo el sol". La liberación, que es una salida del cosmos por la Puerta del Sol, se describe a menudo como un paso a través de la clave de bóveda, y al Buddha, en tanto que se libera así, a menudo se le llama vivaÊa-chado, "aquel cuyo techo ha sido abierto"; de lo cual, además, el abandono de la vida hogareña y la adopción de la vida al aire libre de un "errante" es ya una prefiguración.
8
Estos poderes de la consciencia, o virtudes o actos del intelecto práctico (colectivamente dhammO, aquí casi equivalentes a indriyOöi, prOöOú, y a devOú) son "el contacto (de sujeto con objeto), la sensibilidad, el reconocimiento, la voluntad, el conocimiento, el consejo y el hábito" (phassO, vedanO, saññO, cetanO, viññOna, vitakka, vicOra). Cuando éstos se han unificado (ekatobhavO), su operación ya no implica un secuencia temporal de actos, sino que deviene un único acto de ser (Milindapa–ha 63).
9
Para un examen detallado de los símbolos arquitectónicos que se tratan en los párrafos precedentes ver mi "Symbolism of the Dome" (loc. cit.), "U·ö´·a y Chatra" (Poona Orientalist, III, 1938), "Inverted Tree" ["El Arbol Invertido"], y "SvayamOt¨ööO: Janua Coeli". René Guénon, "Le symbolisme du dôme" y "Le dôme et la roue", Études traditionelles, XLIII, 1938 [incluidos en Símbolos fundamentales de la Ciencia sagrada, caps: "El simbolismo de la cúpula" y "La cúpula y la rueda", n. ed.], y P. Mus, Baraba¶ur, partes IV y V.
10
Cf. Muö¶aka Upani·ad II.1.4 "El Fuego es su cabeza; Sus ojos, la luna y el sol; las direcciones son Sus oídos; Su voz es los Vedas revelados; el viento es Su soplo; Su corazón es el todo; de Sus pies proviene la tierra; Él es ciertamente el Espíritu inmanente en cada ser" (sarvabhètântarâtma).
11
El pilar axial de una pagoda (stèpa) japonesa, a cuyo alrededor se enrolla una escalera en espiral, se llama efectivamente el "pilar del corazón" (shinbashira) y así se distingue de los cuatro "pilares guardianes" (shitãn-bashira) de las "esquinas".
12
Aitareya BrOhmaöa V.28.1, Odityaú yèpaú, p¨thiv´ vediú. Aitareya BrOhmaöa II.1, vajro vai yèpa.
13
Para el skambha, el Axis Mundi, en tanto que el Brahman, y única forma de todas las cosas, ver la totalidad de Atharva Veda Sa×hitO X.7 y 8. La doctrina es de una importancia fundamental para toda la ontología védica.
14
Para Nicolás de Cusa, la condición de la filiatio y de la theosis se define así. Cf. "Si un hombre viene a mí y no odia…, y a su propia alma también, no puede ser mi discípulo" (San Lucas 14:26); "La palabra de Dios… penetra hasta la separación entre el alma y el espíritu" (Hebreos 4:12, cf. Dionisio, De div. nom. IX.3). "Quienquiera que se une a Dios deviene un espíritu con él" (I Corintios 6:27).
15
La concepción navajo de la "armadura de sílex" es el equivalente de Milton "armado en una roca de diamante" (Paradise Lost VI.364), y del vajra-kOya budista.
16
"Como una roca de Diamante, por siempre inmutable" (Spenser, Fairy Queen I.6.4). Para los valores de vajra ver también mi Elements of Buddhist Iconography, 1935, págs. 14-15.
17
De las palabras indias (pali) kèÊa y kaööika que denotan la cima o la clave de bóveda de una casa en la que convergen las vigas, la primera es de la raíz kèÊ, combarse (desde un ángulo), de donde también kèÊi (cf. el inglés "cot" y "hut"), una casa pequeña con un techo en pico o en domo, o incluso un amplio templete con una espiral; y la segunda es un diminutivo de kaööa (sánscrito karöa), cuyo significado primario es "esquina", en relación tanto con a§ri, etc. como con §¨ºga, "cuerno" y arquitectónicamente "espiral". Así, el kaööika (la "clave de bóveda") rechazado por los constructores en la historia de Sudhamma, sería casi literalmente "piedra angular" a no ser por el hecho de que no está hecho de piedra sino de madera seca; por supuesto, el simbolismo no es afectado por este accidente material.
18
En el uso arquitectónico indio, los pilares son típicamente (aunque no siempre es así) al mismo tiempo de cuatro y de ocho ángulos, es decir, de sección cuadrada arriba y abajo, y a veces también en el medio, y el resto achaflanado de manera que muestra una sección octogonal.
19
Cf. también en Grecia, "este antiguo aspecto del Dios Sol como un pilar piramidal", Arthur Evans, "Mycenean Tree and Pillar-cult", Journal of Hellenic Studies, 1901, p. 173.
20
Sobre la significación última de las cuatro caras de Dios ver P. Mus, "Has BrahmO four faces?" en Journal of the Indian Society of Oriental Art, V (1937).

lunes, 12 de octubre de 2009

El Triángulo

El concepto que tenemos del triángulo se relaciona con una figura geométrica de tres lados y tres ángulos, cuando los lados y ángulos son iguales estamos hablando de un triángulo equilátero. Desde el punto de vista filosófico y dentro de la simbología Mas.:con la denominada plancha triangular, la cual contiene tres preguntas que nos sirven para conocer su calidad Moral, Física e Intelectual, partiendo de una visión individual y ampliándose a una general.
EL simbolismo que podemos entender con el triángulo nos permite reconocer la representación de la vida y la naturaleza así como del proceso de evolución del universo. Cada lado del triángulo tendrá como significado el cual lo podemos relacionar para complementar una idea que estemos analizando o desarrollando tanto a nivel físico como mental, por ejemplo: el ciclo de la vida, esta comprendido por tres estados, a saber, el nacimiento, la vida y la muerte.
Un aspecto importante del triángulo es que resulta perfecto tanto en su estructura lineal como en la angular, esto entendido en el equilibrio, la perfección y la rectitud que ejerce la energía cósmica sobre nosotros; recapacitando, podemos encontrar que hay muchas cosas, componentes o procesos que implican la existencia de una triángulo; consideremos lo siguiente:• La tierra es el tercer planeta dentro de nuestro sistema solar,• El cual requiere de tres elementos para su regeneración, que son: aire, fuego y agua,• Así mismo, el agua esta conformado por dos volúmenes de hidrogeno y uno de oxigeno.Como se comento anteriormente, cada idea que se desarrolle en nuestra mente, tendrá para lograrse tres factores o elementos, ya que si hablamos de geometría, la tenemos que relacionar con que los cuerpos tienen forma, densidad y color. Respecto a la luz, en su proceso de descomposición, encontramos los tres colores primarios: amarillo, azul y rojo. Dentro de los mismos triángulos, nos debemos de referir a que existen tres tipos, el equilátero, el isósceles y el escaleno. Dentro de la física, se nos dan tres estados de la materia, como son el liquido, sólido y gaseoso, en biología nos podemos ubicar con la existencia de tres grandes reinos: el animal, el vegetal y el mineral.
Para las matemáticas, vistas como una de las ciencias exactas, existen tres tipos de números, los enteros, los quebrados y los mixtos. Para los griegos el imperio se dividía entre tres dioses: Júpiter, Neptuno y Plutón, las tres virtudes teológicas identificadas como: la fe, la esperanza y la caridad; así mismo el tiempo lo podemos ubicar en tres ámbitos: pasado, presente y futuro. Dentro de las creencias católicas, se refieren a tres ubicaciones: el limbo, el purgatorio y el infierno. Y desde luego tenemos que tener presente la figura de los tres grandes fundadores de las religiones: Moisés, Jesús y Mahoma.
Así mismo, observemos la importancia del triángulo, que la podemos ubicar dentro de la perfección y es origen de todos lo que existe y todo lo que tenemos en la Madre naturaleza, que es influenciada por energía cósmica. El elemento geométrico triángulo, se le relaciona con el símbolo de la Triada, en la creación principio de la transmutación, manifestación, renovación. En lo universal se relaciona con Júpiter, el signo zodiacal Géminis, la nota musical Mi, el color púrpura, el metal estaño, la esencia de tuberosa, el mineral aguamarina, la substancia química potasio clorhídrico y en el hombre esta asociado al Plexo esplenico, hígado y tensión muscular. Dentro de la numerología, los números rigen su personalidad, de manera breve enunciare que la numerología es un sistema filosófico-religioso de Pitágoras que explica por medio de los números la formación del Universo, fue desarrollado en Egipto y había sido empleado en otros antiguos pueblos para explicar el misterio de la Creación. Pitágoras lo adoptó y lo dio a conocer al mundo occidental en base a dos normas básicas:• Los números son los símbolos representativos de los principios eternos que rigen los secretos de la Creación.• Cada número representa una fuerza en actividad que contiene el conocimiento del Poder de la cual es atributo.
Así, la numerología nos permite estudiar la propia naturaleza y la de quienes nos rodean. Y para los nacidos el 3, 12, 21 y 30 de cualquier mes, podemos decir que son: de mente rápida y aguda. Creativos pero no lo suficientemente prácticos. Talentosos para expresarse. Disfrutan de la vida social. Tiene posibilidades en el campo de lo artístico. Soñadores de grandes aventuras. Simbolizan al planeta Júpiter y tiene una relación especial con los números que ocupan el 3er. Lugar (3, 6, 9) y sus múltiplos. Son ambiciosos. Se sienten insatisfechos en una posición subordinada. Tienen metas elevadas y desean dirigir. Excelentes en el desempeño de posiciones de mando. Sus defectos más notorios son la tendencia a ser autoritarios; por eso tienen muchos enemigos. Son particularmente orgullosos, y les desagrada deber favores. Sus días favorables para sus planes: 3, 12, 21 y 30 de cualquier mes.
El 3 posee cualidades de autoexpresión. Tiene necesidad de comunicarse. Irradia alegría y entusiasmo. Aprecia el romanticismo, arte, belleza y los placeres en general. El 3 tiene una naturaleza emocional muy fuerte. Sensible al halago. Ambicioso y orgulloso. Debe expresar su talento mediante alguna manifestación artística. Para concluir, debemos tener presente que un ángulo del triángulo este apuntando hacia arriba, significa que toda duda que exista en la base o abajo, la solución se encontrara en el vértice o en la parte superior, esta figura bien conocida y respetada por los egipcios los cuales construyeron tres pirámides perfectas, que semejan la constelación de Orión, constituida por tres estrellas, en la misma situación que las pirámides egipcias. El triángulo resulta ser un símbolo muy importante en todos los sentidos, por lo que debemos tener presente que es la fuente de la existencia, de la perfección y de la vida.
Es cuanto.
M.:Mas.: Hiram

Albañiles y Carpinteros

René GUÉNON (*).
Siempre ha habido, entre las iniciaciones de oficio, una especie de disputa de primacía entre los albañiles y canteros y los carpinteros. Si se consideran las cosas, no bajo el prisma de la importancia actual que estas dos profesiones tienen en la construcción de edificios, sino bajo la de su antigüedad respectiva, ciertamente los carpinteros pueden reivindicar el primer lugar.
En efecto, como ya hemos señalado en otras ocasiones, generalmente las construcciones fueron de madera antes que de piedra; así se explica que, particularmente en la India, no pueda encontrarse ningún vestigio de aquellas anterior a una cierta época: estos edificios eran evidentemente menos duraderos que los construidos en piedra; también el empleo de la madera corresponde, entre los pueblos sedentarios, a un estadio de menor fijeza que el de la piedra, o, si se quiere, a un menor grado de "solidificación", lo que está en perfecto acuerdo con el hecho de relacionarse con una etapa anterior en el curso del proceso cíclico (1).
Esta observación, por simple que pueda parecer en sí misma, está muy lejos de carecer de importancia para la comprensión de ciertas particularidades del simbolismo tradicional: es así que, en los textos más antiguos de la India, todas las comparaciones referentes al simbolismo constructivo están siempre tomadas del carpintero, de sus útiles y de su trabajo; Vishvakarma, el "Gran Arquitecto" mismo, es designado también con el nombre de Twashtri, literalmente el "Carpintero". Naturalmente la función del arquitecto (Sthapati, que además es originalmente el maestro carpintero) no resulta en nada alterada por ello, ya que, salvo la adaptación exigida por la naturaleza de los materiales empleados, es siempre del mismo "arquetipo" o del mismo "modelo cósmico" del que debe inspirarse, ya se trate de la construcción de un templo o de una casa, de un carro o de un navío (y, en estos últimos, el oficio de carpintero jamás perdió su importancia original, al menos hasta el empleo moderno de los metales que ejemplifica el último grado de "solidificación") (2).
Evidentemente, que ciertas partes del edificio fueran realizadas en madera o en piedra no modifica en nada, si bien no en su forma exterior sí por lo que respecta a su significación simbólica; por ejejmplo: poco importa que el "ojo" de la cúpula, es decir, su apertura central, esté recubierto por una pieza de madera, o por una piedra tallada de una cierta manera, constituyendo una y otra igualmente y en un sentido idéntico la "coronación" del edificio, según lo que hemos expuesto en estudios precedentes; y, con mayor razón, se puede decir lo mismo con las piezas del maderamen que han permanecido como tales una vez que la piedra ha substituido la madera en la casi totalidad de la construcción, como las vigas que partiendo de este "ojo" de la cúpula, representan los rayos solares con todas sus correspondencias simbólicas (3).
Se puede pues decir que el oficio del carpintero y el del albañil, puesto que proceden en definitiva del mismo principio, constituyen dos lenguajes igualmente apropiados para la expresión de las mismas verdades de orden superior; la diferencia no constituye más que una simple cuestión de adaptación secundaria, como siempre lo es la traducción de una lengua a otra; pero, en el bien entendido que, cuando tratamos algún simbolismo detereminado, como en el caso de los textos tradicionales de la India a los cuales aludíamos anteriormente, es necesario, para comprender completamente su sentido y su valor, conocer de una manera precisa cual es, de los dos lenguajes, aquel al cual se refiere propiamente.
Al respecto, señalaremos un punto que nos parece tener especial importancia; se sabe que, en griego, la palabra hulê significa originalmente "madera", y que al mismo tiempo sirve para designar al principio substancial o materia prima del Cosmos, y también, por derivación, se aplica a toda materia secunda, es decir, a todo lo que desempeña en sentido relativo, en tal o cual caso, un papel análogo al del principio substancial de toda manifestación (4). Este simbolismo, según el cual aquello de lo que está hecho el mundo es asimilado a la madera, es por lo además común en las tradiciones más antiguas, y, por lo que acabamos de decir, es fácil comprender su razón en relación con el simbolismo constructivo: en efecto, desde el momento que es de la "madera" de donde se han sacado los elementos de la construcción cósmica, el "Gran Arquitecto" debe ser considerado antes que nada como un "maestro carpintero", como lo es efectivamente en este caso, y como es natural que lo sea allí donde los constructores humanos, cuyo arte, desde el punto de vista tradicional, es esencialmente una "imitación" del arte del "Gran Arquitecto", son ellos mismos carpinteros (5).
No carece de importancia tampoco, en lo que concierne más especialmente a la tradición cristiana, el resaltar, como ya lo ha hecho A. K. Coomaraswamy, que pueda fácilmente comprenderse así que el Cristo debía aparecer como el "hijo del carpintero"; los hechos históricos, como hemos dicho a menudo, no son en suma sino un reflejo de realidades de otro orden, y solamente ello les da todo el valor de que son susceptibles; así, hay ahí un simbolismo mucho más profundo de lo que se piensa de ordinario (si es que la inmensa mayoría de los cristianos tiene aún, por vaga que sea, la idea de que puede haber en ello un simbolismo cualquiera). El que por otra parte ésta no sea más que una filiación aparente es algo exigido por la coherencia del simbolismo, puesto que se trata de algo que está en relación con el orden exterior de la manifestación, y no con el orden principial; es de la misma manera exactamente como, en la tradición hindú, Agni, en tanto que Avatâra por excelencia, toma también a Twashtri como padre adoptivo ya que nace en el Cosmos; ¿y cómo podría ser de otra manera cuando el Cosmos, él mismo es, simbólicamente, la obra misma del "maestro carpintero"?NOTAS:(*)
Artículo publicado en Etudes Traditionnelles, diciembre de 1946. Recopilado en Etudes sur la Franc-maçonnerie et le Compagnonnage, tomo II, Editions Traditionnelles, París, 1964, 1973, 1977, 1981, 1984, 1992)(1) Ver las consideraciones que hemos expuesto al respecto en Le Règne de la Quantité et les Signes des Temps, especialmente c. XXI y XXII. Naturalmente, el cambio de que se trata no puede ser considerado como habiéndose producido simultáneamente en todos los pueblos, sino que hay siempre etapas correspondientes en el curso de la existencia de éstos. [El libro citado está editado por Gallimard, París, 1945, 1972 y 1992; hay trad. en esp.: El Reino de la cantidad y los signos de los tiempos, Ayuso Ed., Madrid, 1976 y recientemente en Paidós Ed., Barcelona, 1996. N. del T.](2) Está claro que oficios tales como el de carretero y el de ebanista deben ser vistos como no siendo más que "especializaciones" ulteriores del oficio de carpintero, que, en su acepción más general, que es al mismo tiempo la más antigua, comprende todo lo que concierne al trabajo de la madera.(3) Si incluso, más tarde aún, esas vigas son reemplazadas en ciertos casos por "nervaduras" en piedra (y pensamos sobre todo aquí en las bóvedas góticas), ello tampoco cambia nada del simbolismo. En inglés, la palabra beam significa a la vez "rayo" y "viga", y, como A. K. Coomaraswamy ha señalado en diversas ocasiones, ese doble sentido nada tiene sin duda de fortuito; desgraciadamente es intraducible en francés, donde, por el contrario, se habla corrientemente de las "radios" [rais] o de los "rayos" [rayons] de una rueda, que desempeñan con relación a su centro la misma función que las vigas en cuestión con respecto al "ojo" de la cúpula(4).
Es bastante curioso que, en español, la palabra madera, derivada directamente de materia, sea empleada todavía para designar "la madera" ["le bois", en el original, en su acepción de madera, no de bosque] e incluso especialmente la madera de construcción.(5) Quizás no carezca de interés el anotar que, en el grado 22 de la Masonería escocesa, que representa, según la interpretación hermética, "la preparación de los materiales necesarios para la realización de la Gran Obra", estos materiales se representan, no por las piedras como en los grados que constituyen la iniciación propiamente masónica, sino por la madera de construcción; podría verse, pues, en este grado, cualquiera que pueda ser de hecho su origen histórico, como una especie de "vestigio" de la iniciación de los carpinteros, tanto más cuanto que el hacha, que es su símbolo o atributo principal, es esencialmente un útil de carpintero. Además, hay que resaltar que el simbolismo del hacha es aquí muy diferente de aquel, mucho más enigmático, según el cual, en la Craft Masonry, está asociada a la "piedra cúbica en punta", y del que hemos dado la explicación en un precedente artículo ("Un hiéroglyphe du Pôle", en el nº de mayo de 1937).
Conviene recordar también, por otra parte, la relación simbólica que el hacha tiene, de manera general, con el vajra (cf. nuestros artículos sobre "Les pierres de foudre", en el nº de mayo de 1929, y sobre "Les armes symboliques", en el nº de octubre de 1936).[Los artículos citados conforman los capítulos XV, XXV y XXVI Symboles fondamentaux de la Sciencie Sacreé, Gallimard, París, 1962; trad. al cast.: Símbolos fundamentales de la ciencia sagrada, Eudeba-Colihue Ed., Buenos Aires, 1969, 1988 y recientemente en Paidós Ed., Barcelona, 1996. N. del T.]